De nuevo me encontré sola. Diria sola en un mundo de gente. Esa sensación de tener familia, amigos, conocidos, vecinos, compañeros de algo…pero sentirme sola. Rodeada de gente mirando el celular, interesándose por alguién que está lejos que quizás no conocen personalmente y a la vez no preguntan nada a quien está al lado, nada… ni «¿cómo estas?».
Quizás esperaba aprender pertenecer a esta nueva generación navegadora de redes. Y, no logro entenderla lo suficiente. Me gustaría que haya algo como un contador de emociones y te dé tiempo a pensar lo que escribes en ves de escribir lo que no sientes y pulsar sin tiempo a nada. Esa sensación de escribir una carta… (que tiempos aquellos) volverla a leer, rehacerla… estrujarlos y hacer del cesto de papeles una practica de boley… y al fin, escribías las palabras justas, con una pizca de sutilezas de todo, una pizca de amor, de odio, de desinterés, de necesidad, de idolatría, de elegancia, sarcasmo, y algo de esperanza y optimismo.
Luego te pintabas los labios lo sellaba al final…pero siempre muy a la ligera casi transparente… también era ése un detalle, pues si era fuerte era evidente tus ganas de verlo, y eso, no era bueno. Se trataba de insinuar y dejar adivinar a lo que sentías. Por que si lo descubría corría un calor por tus mejillas y decías «trágame tierra».
Recuerdo esos «sms»… tardaban dependiendo la distancia unos días. Y hasta que regrese el contesto otros dias, mientras soñabas con la llegada del cartero. Cuando llegaba la carta la leías a puertas cerrada… primero a la ligera, después le dabas besos y la apretabas a tu pecho. Era toda una ceremonia, luego la leías lentamente, a ver sus borrones o reescritura de alguna palabra, hasta podías saber si le temblaba la mano … uno que otros dibujos ( era los emoticones). En fin, eran tiempos en el que el amor se armaba de paciencia.
Hoy en día, la tecnología nos da casi todo de forma automática y si estas enojado por una pequeñez, pulsas y se después de haberlo hecho te arrepientes, no hay vueltas atrás te agarras la cabeza diciendo que tonto he sido, para luego inventar algo y salir de tu impulso. Y así como es rápido comunicarse los unos y los otros, también asi terminan los amores… destruyendo todo a su paso, separando familias, amigos … y lo peor matrimonios con hijos. Hablando esto, si de amor se trata.
By Calú Carz
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